Los mandamientos del amor

Fundamentos para niñosFortalecemos la familia

Honra a tu padre y a tu madre… – Éxodo 20,12

El Cuarto Mandamiento es una manera en la que Dios nos dice que edifiquemos la cultura de la vida. Él ordena que cada miembro de la familia contribuya al bienestar familiar. Esto significa que el cuidado familiar de todos los miembros, especialmente los más ancianos y los más vulnerables, debe ser una prioridad. Después de Dios, debemos honrar a nuestros padres, incluso como adultos. Debemos respetarlos y obedecerlos y ofrecer asistencia adecuada cuando la necesiten. Debemos cuidar de nuestros padres en la etapa avanzada de su vida, como honra a su cuidado por nosotros en nuestra vida temprana.

Promovemos la cultura de la vida

No matarás. – Éxodo 20,13

El principio del significado real del Quinto Mandamiento, es que toda vida humana es sagrada. Este Mandamiento enseña que debemos proteger y cultivar toda vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural. Debemos respetar y cuidar nuestra propia vida, nuestra salud y nuestro cuerpo, y también el de los demás. Debemos actuar de manera segura y no ponernos a nosotros o a los demás en peligro de manera innecesaria. Debemos vivir como mediadores de paz.

El Quinto Mandamiento prohíbe el aborto, el homicidio, el suicidio, la eutanasia, el acoso escolar, el terrorismo, las guerras injustas y cualquier acto que viole el derecho a la vida o no respete la dignidad de la persona humana. No obstante, este Mandamiento no prohíbe la defensa de la vida humana con la fuerza apropiada. Todo pueblo, toda nación o todo individuo tiene el derecho a la seguridad y confianza en la vida. Sin embargo, la carrera de armas nucleares es un mal que amenaza la vida humana y debe vencerse por el bien de todos. El Quinto Mandamiento promueve la cultura de la vida.

El mandamiento de fidelidad

No cometerás adulterio. – Éxodo 20,14

El Sexto Mandamiento enseña a todos a vivir una vida casta. La castidad es integrar el don de la sexualidad humana en la misma persona. Esto abarca continencia y modestia. Este Mandamiento guía a los cristianos a seguir a Cristo como modelo en la manera en la que expresamos el amor por nuestra familia, nuestros amigos y los demás. Siempre debemos expresar nuestra sexualidad de maneras adecuadas.

¿Cómo vive una persona una vida casta en palabras y en acciones?

Este Mandamiento también enseña acerca de los planes de Dios para el matrimonio. En el compromiso del matrimonio, el esposo y la esposa han prometido amar, honrar y ser fiel el uno al otro hasta la muerte. Cuando una persona casada tiene relaciones sexuales con otra persona con la que no está casada, está violando el Sexto Mandamiento. Cuando esto sucede, el matrimonio se rompe o se debilita seriamente. El Sexto Mandamiento llama a la fidelidad en la que ambos esposos, de manera libre, completa, fiel y para siempre se entregan el uno al otro.

Los siguientes son algunos de pecados graves en contra del Sexto Mandamiento: la masturbación, la anticoncepción artificial, la fornicación, la pornografía, la esterilización y las prácticas homosexuales. Todas las personas tienen tentación de usar mal el don de la sexualidad. Detenerse en esos pensamientos y esos deseos puede fácilmente llevar a las personas a faltarse el respeto a sí mismos y a los demás. La gracia de Dios está siempre allí para ayudarnos a sobrellevar esas tentaciones.

¿De qué manera puedes ahora practicar las virtudes de fidelidad, lealtad y castidad para prepararte para los compromisos de la adultez para toda la vida?

Practicar la pureza de corazón

No codiciarás la mujer de tu prójimo. – Éxodo 20,17

El Noveno Mandamiento enseña que todos debemos respetar y honrar las promesas de matrimonio que se hicieron mutuamente un esposo y una esposa. No debemos hacer, ni siquiera desear, nada que pudiera romper un matrimonio.

Este Mandamiento también nos guía para entrenarnos a nosotros mismos a ser puros de mente, de corazón y en nuestros actos. Codiciar a alguien o algo, que es uno de los Pecados Capitales, es tener un deseo injusto y desmedido por alguien o algo que le pertenece a otra persona. Las Bienaventuranzas y los Mandamientos se corresponden entre sí. El Noveno Mandamiento nos enseña que debemos practicar la pureza de corazón.

Cuando actuamos según la pureza de corazón, practicamos la Virtud Cardinal de la templanza. Demostramos modestia a través de la paciencia, la decencia y la discreción. No solo honramos y respetamos a los demás, también protegemos nuestro “centro de intimidad”. Esto significa que nos amamos a nosotros mismos como Dios nos ama.

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