Cuando una persona muy conocida llega a tu escuela o a tu ciudad, le dan la bienvenida con música de la banda, carteles y globos. Cuando Jesús entró en la ciudad de Jerusalén, el pueblo le dio una bienvenida especial.
Ese día, el pueblo de Jerusalén le dio la bienvenida a Jesús como el Mesías. No entró montado en un caballo imponente o en un carro dorado como un gran soldado o un héroe conquistador. Jesús entró a Jerusalén sobre el lomo de un burro. Pero cuando entró, el pueblo lo aclamó como a un gran rey:
“¡Hosana al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosana en las alturas!”. – Mateo 21,9
El pueblo proclamaba “Hosanna” como un saludo de alegría y alabanza, que significa “Señor, concédenos la salvación”.
Las personas extendían mantos en el camino para que el paso de Jesús fuera más suave y menos polvoriento. Agitaban ramas de palmas. Esta bienvenida de Jesús como el Mesías a lomo de un burro nos recuerda que Jesús es el rey de todos, incluso de los más humildes. Jesús es un rey lleno de compasión y cuidado.
Con la celebración del Domingo de Ramos comienza la Semana Santa. Comenzamos nuestra celebración con una procesión. Todos entran a la iglesia con palmas. Así se recuerda el día que Jesús entró en Jerusalén.
¿Por qué celebramos el Domingo de Ramos de la Pasión del Señor?
Palabra de Dios
Elige la lectura del Evangelio de este año para el Domingo de Ramos de la Pasión del Señor. Léela y coméntala con tu familia.
Año A
Mateo 26,14 – 27,66 o 27,11–54
Año B
Marcos 14,1 – 15,47 o 15,1–39
Año C
Lucas 22,14 – 23,56 o 23,1–49
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