WASHINGTON – “Con una sola voz clara, reafirmamos nuestro reconocimiento inquebrantable e incondicional del hecho de que toda vida humana es sagrada y que Dios ha dotado a cada persona de una dignidad inviolable que ningún poder terrenal puede negar.” La Iglesia Católica conmemora la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de las Américas, el 12 de diciembre. Además de esta fiesta mariana y la devoción a la Santísima Madre que tiene un significado especial para muchos inmigrantes en los Estados Unidos, Nuestra Señora de Guadalupe también es conocida como patrona de los niños no nacidos tras aparecerse a San Juan Diego como madre embarazada. Invocando su intercesión, la siguiente reflexión fue escrita por los presidentes de varios comités de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés):
"Aunque tan a menudo hacemos distinción de fronteras, razas, lenguajes, ideologías políticas y tantas otras fuentes posibles de división, el patrocinio de Nuestra Señora es un poderoso recordatorio de que todos estamos llamados a ser uno en Cristo Jesús, comenzando desde el momento de nuestra concepción. En este tiempo en que algunos de nuestros hermanos y hermanas sienten miedo y ansiedad, recordamos las eternas palabras de Nuestra Señora a San Juan Diego: 'No temas ninguna enfermedad, ni aflicción, ni ansiedad, ni dolor. ¿No estoy yo aquí, yo que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y protección?'
"A lo largo de la vida de nuestra nación, hemos visto en ocasiones manifestaciones inaceptables de prejuicio y odio, incluyendo en días recientes comunicaciones masivas dirigidas a personas de color y comentarios despectivos sobre las comunidades inmigrantes. Con una sola voz clara, reafirmamos nuestro reconocimiento inquebrantable e incondicional del hecho de que toda vida humana es sagrada y que Dios ha dotado a cada persona de una dignidad inviolable, que ningún poder terrenal puede negar. Las ideologías perversas del racismo y la xenofobia son antitéticas a estas enseñanzas fundamentales de nuestra fe cristiana. Ninguna persona formada y comprometida con el Evangelio de la Vida puede albergar tales puntos de vista con buena conciencia.
"Te suplicamos, Madre Santísima, que el mismo amor que irradiaste en presencia de San Juan Diego hace casi quinientos años penetre en el corazón de cada hombre, mujer y niño de nuestra nación, creando en cada uno de nosotros una profunda e implacable conciencia de nuestra humanidad compartida. Intercede por nosotros ante tu Hijo, Jesús, quien nació de tu vientre para brillar como Luz del Mundo. Envuélvenos en el consuelo de tu manto, trayendo la paz, la esperanza y la sanación que tanto se necesita en nuestra época."
Esta reflexión sobre la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe fue compartida por el obispo Mark Seitz de El Paso, presidente del Comité de Migración de la USCCB; el obispo Daniel E. Thomas de Toledo, presidente del Comité de Actividades Pro-Vida; el obispo Eusebio L. Elizondo, obispo auxiliar de Seattle y presidente del Subcomité de Pastoral de Migrantes, Refugiados y Viajeros; y el obispo Joseph N. Perry, obispo auxiliar emérito de Chicago y presidente del Comité Ad Hoc contra el Racismo.
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WASHINGTON – “Juntos, debemos hablar en nombre de las ‘masas apiñadas que quieren respirar en libertad’ y pedir que nuestro gobierno brinde un trato justo y humano a nuestros queridos hermanos y hermanas inmigrantes.” En solidaridad con inmigrantes, el Reverendísimo Timothy P. Broglio de la Arquidiócesis para los Servicios Militares, EE. UU. y presidente de la Conferencia Episcopal Católica de EE. UU. (USCCB, por sus siglas en inglés), el obispo Mark J. Seitz de El Paso y presidente del Comité de la USCCB sobre Migración y el obispo Jaime Soto de Sacramento, presidente de la junta directiva de Catholic Legal Immigration Network, Inc. (CLINIC) emitieron una declaración de preocupación pastoral.
Queridos hermanos y hermanas:
Impulsados por el Evangelio de Jesucristo y reconociendo la dignidad inherente de cada individuo como hijo de Dios, nos solidarizamos firmemente con nuestros hermanos y hermanas inmigrantes que viven y trabajan en estos Estados Unidos.
Desde la fundación de nuestra nación, los inmigrantes han sido esenciales para el crecimiento y la prosperidad de esta sociedad. Llegan a nuestras costas como extraños, atraídos por las promesas que ofrece esta tierra y se convierten en estadounidenses. Continúan brindando seguridad alimentaria, servicios de salud y muchas otras habilidades esenciales que apoyan a nuestra próspera nación.
Nuestro país merece un sistema de inmigración que ofrezca caminos justos y generosos hacia la ciudadanía para los inmigrantes que viven y trabajan durante muchos años dentro de nuestras fronteras.
Necesitamos un sistema que brinde alivio permanente para los inmigrantes que llegan en la infancia, que ayude a mantener a familias juntas y que dé la bienvenida a refugiados.
Esperamos que nuestro país pueda desarrollar un sistema de asilo eficaz para aquellos que huyen de la persecución, y un sistema de inmigración que mantenga nuestras fronteras seguras y protegidas, con políticas de aplicación de la ley que se enfoquen en quienes presentan riesgos y peligros a la sociedad, particularmente esfuerzos para disminuir actividad pandillera, frenar el flujo de las drogas y eliminar la trata de personas.
Los EE. UU. debe tener un sistema de inmigración que protege a los migrantes vulnerables y sus familias, muchos de los cuales ya han sido víctimas de delincuentes.
Juntos, debemos hablar en nombre de las “masas apiñadas que quieren respirar en libertad’” y pedir que nuestro gobierno brinde un trato justo y humano a nuestros queridos hermanos y hermanas inmigrantes. Es nuestra esperanza y nuestra oración que todos podamos trabajar juntos para apoyar una reforma significativa a nuestro sistema de inmigración actual.
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BALTIMORE – La Conferencia de Obispos Católicos de los EE. UU. (USCCB) se congregó durante su Asamblea Plenaria de Otoño en Baltimore, del 11 al 14 de noviembre. Los obispos iniciaron la plenaria con oraciones en la Basílica de Baltimore y al comienzo de la sesión pública enviaron un mensaje al Santo Padre, seguido por las palabras del Cardenal Christophe Pierre, nuncio papal en los Estados Unidos. El arzobispo Timothy P. Broglio de la Arquidiócesis para los Servicios Militares, USA, y presidente de la USCCB, también se dirigió a los obispos.
Asistiendo a la plenaria como invitado especial estuvo el obispo Stepan Sus, obispo auxiliar del liderazgo de la Archieparquía Greco-Católica Ucraniana, sede metropolitana de Kiev-Halych, quien compartió su testimonio sobre la vida de la iglesia en Ucrania en medio de la guerra. El obispo Roy E. Campbell, obispo auxiliar de Washington y presidente del National Black Catholic Congress (NBCC por sus siglas en inglés) dio una breve presentación a la audiencia sobre la historia, misión, y programas del NBCC. Y mientras la iglesia universal se prepara para celebrar el Año Jubilar 2025, la Hna. Maria Juan Anderson, una religiosa de las Hermanas de la Misericordia de Alma, Michigan, quien actualmente sirve como coordinadora de la oficina de los obispos para visitantes estadounidenses en el Vaticano, compartió información sobre su oficina y los servicios que ofrece a los peregrinos que visiten Roma. Patrick Kelly, Caballero Supremo de los Caballeros de Colón proporcionó una actualización sobre su iniciativa Cor.
Los obispos recibieron reportes sobre el Sínodo de los Obispos 2021-2024 que culminó en Roma el mes pasado; sobre la iniciativa del avivamiento eucarístico y el Congreso Eucarístico Nacional celebrado este verano; y una actualización sobre la implementación provisional de Antiquum Ministerium (sobre el ministerio del catequista). También se compartió una actualización sobre la Campaña Católica para el Desarrollo Humano (CCHD) como seguimiento al dialogo que los obispos sostuvieron durante su sesión plenaria de junio acerca de la mejor manera en que la CCHD podría continuar la labor vital de luchar contra la pobreza. El presidente del Comité sobre Migración de la USCCB también compartió novedades sobre el trabajo del comité, que tiene como objetivo ayudar a modificar el mensaje nacional sobre la migración para que sea más acogedor y receptivo a las necesidades de los migrantes y para ayudar a los fieles a comprender mejor los matices de la enseñanza católica sobre la migración. También se llevó a cabo una presentación sobre los recursos existentes disponibles para que los líderes diocesanos y parroquiales apliquen la declaración del Vaticano Dignitas Infinita (sobre la dignidad humana) al contexto cultural específico de los Estados Unidos; este esfuerzo es una colaboración continua entre varios comités de la USCCB.
Ejemplificando la sinodalidad, los obispos discutieron en pequeños grupos el tema de la implementación pastoral de la ecología integral y Laudato si’ durante la sesión pública. En concreto, se propuso el intercambio de sugerencias sobre la mejor manera de conmemorar el décimo aniversario de Laudato si’. Las conversaciones en pequeños grupos se facilitaron con el ajuste de los asientos realizado desde la plenaria de noviembre de 2022 para acomodar de forma más natural el diálogo fraternal. Aunque no se facilitó públicamente un resumen de las discusiones durante la plenaria, los informes de cada grupo de obispos servirán para orientar el trabajo de los comités de la Conferencia.
Los obispos también aprobaron que el Comité de Laicado, Matrimonio, Vida Familiar y Juventud avance en la elaboración de un documento de orientación para el ministerio eclesial laical, que se espera sea una continuación del documento emitido por los obispos en el 2005, Colaboradores en la Viña del Señor; el punto de acción fue aprobado con 223 votos a favor, 9 votos en contra, y 6 abstenciones. Los obispos también aprobaron el presupuesto de la USCCB para el 2025 (226 votos a favor, 3 votos en contra, y 4 abstenciones), y aprobaron los objetivos que impulsarán el trabajo del personal de la Conferencia por los próximos tres años (225 votos a favor, 7 votos en contra, y 2 abstenciones).
Durante la reunión, los obispos votaron por un nuevo tesorero y nuevos presidentes de cinco comités permanentes. Los seis obispos electos servirán durante un año como presidente-electo antes de comenzar un mandato de tres años que comienza al final de la plenaria de los obispos del 2025.
También sostuvieron una consulta sobre el avance de las causas de beatificación y canonización de Sor Annella Zervas, religiosa profesa de la Orden de San Benito, y de la Sierva de Dios Gertrude Agnes Barber, una mujer laica, y mediante el voto a viva voz, afirmaron el avance de ambas causas a nivel local.
Los obispos dialogaron y votaron sobre tres puntos de acción relacionados con los textos litúrgicos, presentados por el Comité para el Culto Divino de la USCCB.
Actualizaciones, textos de discursos y presentaciones, y otros materiales de la Plenaria del 2024 están disponibles en: www.usccb.org/meetings.
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WASHINGTON - Los fieles tienen la oportunidad de apoyar a más de 20,000 hermanos, hermanas y sacerdotes de órdenes religiosas ancianos que han dedicado su vida al servicio de la Iglesia. La colecta anual que beneficia a los religiosos jubilados en todo Estados Unidos se llevará a cabo en las diócesis participantes el fin de semana del 7 y 8 de diciembre Coordinada por la Oficina Nacional de Jubilación para Religiosos (NRRO, sigla en inglés), esta colecta proporciona a los institutos religiosos calificados ayuda financiera esencial para abordar las necesidades crecientes de sus miembros jubilados.
Estos religiosos y religiosas que enseñaron en escuelas, sirvieron en ministerios parroquiales y en los servicios sociales de la Iglesia generosamente dedicaron su vida al prójimo, generalmente a cambio de poca o ninguna remuneración. A medida que envejecen, muchas comunidades religiosas enfrentan una gran brecha entre el costo de atención y los recursos disponibles. El aumento del costo de la atención médica, junto con el hecho de que los religiosos mayores de 70 años sobrepasan a los menores de 70 por casi tres a uno, ha exacerbado esta dificultad. En 2024, el 71 % de las comunidades religiosas que brindan datos a la NRRO tiene una edad media de 70 o más.
La colecta, que se lanzó en 1988 para abordar la falta de fondos de retiro para los religiosos, sigue siendo fundamental. En 2023, recaudó $29.3 millones; sin embargo, el costo anual para mantener a los religiosos ancianos supera los $1 mil millones. El costo anual promedio de la atención de cada religioso es aproximadamente $59,700, y la atención especializada de enfermería promedia los $90,700 por persona. El beneficio anual promedio del Seguro Social para un religioso es de solamente $8,551.
“La dedicación abnegada de estos religiosos ha enriquecido innumerables vidas", dice el director de NRRO John Knutsen. “Su generosidad asegura que reciban la atención que merecen durante su jubilación. Apoyar a nuestros religiosos ancianos constituye una responsabilidad compartida y una oportunidad de expresar nuestra gratitud por su servicio de toda la vida. Al aportar al Fondo para la Jubilación de Religiosos, nos aseguramos de que reciban la atención y dignidad que se merecen mientras también defendemos los valores de compasión y solidaridad dentro de nuestra comunidad de fe”.
Desde su inicio, la colecta ha distribuido más de $973 millones, apoyando el cuidado diario y los proyectos de autoayuda. Asimismo financia programas educativos para la planificación del retiro a largo plazo. Cada dólar que se dona proporciona atención esencial y dignidad.
Para más información, visiten retiredreligious.org.
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